Internet se ha convertido en la plataforma perfecta para llevar a cabo muchos servicios, entre ellos, los tratamientos psicológicos. De hecho, cada vez son más los pacientes que deciden probar la terapia online por sus grandes ventajas.
Además de acercar a profesionales y pacientes, ofrece la posibilidad de recibir atención emocional especializada cuando es imposible acudir a la consulta del psicólogo. Por eso se ha convertido en el medio más recomendado para hacer terapia en casos en los que el trabajo del paciente o sus responsabilidades les impiden desplazarse al gabinete del terapeuta. También es perfecta en aquellas ocasiones en las que la persona que necesita atención reside fuera de nuestro país, ya que hace posible contactar con profesionales de aquí y tratar aquellos aspectos que limitan su día a día. Pero, sobre todo, es sumamente útil en esos casos en los que el paciente no puede desplazarse por razones de salud.
Del mismo modo, funciona cuando la persona siente vergüenza o recelo para contar sus problemas, tiene miedo de sentir rechazo o de ser juzgado, y no quiere que el psicólogo vea cómo se siente o analice cómo se comporta. Para ellos, resulta más cómodo la terapia online, ya que hace posible que esa persona hable usando un pseudónimo sin tener que mostrar su cara al profesional, le resulta menos violento.
Por último, la estigmatización que persigue a las personas que acuden a terapia influye de manera negativa, puesto que el rechazo que causa determina que aquellas eviten ponerse en contacto con especialistas en salud mental. Porque, entre otras cosas, les avergüenza acudir presencialmente a la consulta por si son vistos por algún conocido. Así que, también en estos casos, la terapia virtual es una opción muy interesante para tratar a estos pacientes.
Como todo, la terapia online debe ser un servicio personalizado, serio y profesional para que resulte eficaz; debe realizarse en un entorno seguro para garantizar la privacidad y confidencialidad de lo que allí se trata y debe contar con los medios técnicos para que sea posible realizarla. Sabemos que este es un tema que repetimos mucho, pero en Divan nos parece sumamente importante que los profesionales que brindan servicios de terapia online ofrezcan todas las garantías necesarias para que dicho servicio se lleve a cabo sin poner en riesgo los derechos fundamentales de sus pacientes. De ahí que reiteremos siempre que el tratamiento online debe realizarse en un espacio seguro, dado la especificidad de los datos que manejan los psicólogos.
En líneas generales, cualquier tratamiento emocional puede ser tratado a través de internet, si bien es cierto que ello dependerá del paciente, de su problema, de la gravedad y de sus necesidades. Como siempre decimos, el tratamiento psicológico debe ser personalizado, así que el tratamiento psicológico online también.
Hay trastornos cuyo tratamiento virtual ofrece muy buenos resultados. Es el caso de la agorafobia, la ansiedad, la depresión y la baja autoestima. Este servicio es igualmente una buena herramienta para solucionar problemas en la pareja. Se trata, como vemos, de trastornos que padece un porcentaje elevado de la población, emociones que, en la mayoría de los casos, achacamos a situaciones puntuales, sentimientos a los que muchas veces no le prestamos atención, ya sea porque creemos que podremos solucionar nosotros mismos, ya sea porque pensamos que se acabarán pasando, ya sea porque no tenemos tiempo de pensar en ello ni de tratarlos. Por eso, problemas como la ansiedad o la depresión, tan habituales en nuestra sociedad, pueden ser tratados de manera online. Vamos a explicar más detalladamente por qué.
Agorafobia
La agorafobia es un trastorno de ansiedad por el cual la persona que lo padece siente miedo irracional a los espacios abiertos o lugares con gente donde suelen producirse aglomeraciones. La causa es que tienen pavor a que les suceda algo y que los servicios de emergencia no pueden llegar. También se angustian por si sufren alguna situación embarazosa delante de toda esa gente.
Muchas veces, la persona que padece agorafobia teme salir a la calle, usar el transporte público, caminar por determinadas calles o plazas, acudir a espacios públicos dedicados al ocio, como restaurantes, teatros, cines, o viajar. Este comportamiento se debe a que trata de evitar posibles situaciones de riesgo. Es decir, evita esos espacios para no sentir ansiedad, sensación que, en muchos casos, viene acompañada de un ataque de pánico.
Por tanto, en el caso de la agorafobia, la terapia online es un modo de contactar con un paciente para tratar su problema sin que este salga de casa o acuda a su consulta; esto es, sin que este tenga que enfrentarse de nuevo a la situación que le genera fobia y ansiedad. Es similar al tratamiento a domicilio que ofrecen algunos profesionales para personas con trastornos emocionales específicos que les impiden salir a la calle. Así que, en este sentido, es una herramienta eficaz que ahorra tiempo y dinero al psicólogo, puesto que le evita el desplazamiento, con todo lo que ello conlleva.
No se trata de que el paciente que sufre agorafobia no pise la calle o no coja más el tren o el autobús, por ejemplo, sino de que, durante las primeras sesiones, este pueda recibir tratamiento en la comodidad de su casa. Por supuesto, conforme avance la terapia, aun a pesar de que esta se siga desarrollando online, deberá complementarse con actuaciones específicas por parte del psicólogo que completarán el tratamiento virtual y que pasará, inevitablemente, por la exposición directa, bajo supervisión profesional, a aquellos espacios o situaciones que le generan ansiedad.
Ansiedad
El tratamiento de la ansiedad es similar al de la agorafobia. La terapia online hace posible que la persona afectada pueda superar su problema de manera cómoda y a su ritmo. La ansiedad es un trastorno que, según cada persona, puede ser de un tipo o de otra. Hay situaciones en las que el sujeto padece un trastorno grave, con síntomas que limitan su vida e impiden que pueda realizar las tareas con normalidad. Son personas a las que determinados entornos sociales, situaciones de estrés o preocupaciones provoca en su cuerpo una serie de reacciones importantes, como sudor frío, náuseas, dolor gastrointestinal, insomnio, dolor en el pecho…
La consulta con el profesional ayuda a comprender esas emociones negativas y a aceptarlas para saber gestionarlas. La terapia online proporciona una oportunidad interesante para trabajar de manera directa sobre esos problemas, aunque, como en el caso de la agorafobia, puede ser necesario realizar terapias de exposición complementarias si la ansiedad está asociada a algún tipo de fobia o situaciones especiales, como hablar en público, relacionarse con los demás, etc.
Los profesionales que trabajan con pacientes con ansiedad suelen hacerlo desde la terapia cognitivo-conductual, que puede realizarse de manera virtual. A través de un ordenador, psicólogo y paciente podrán hablar sobre aquello que siente, reconocer cuáles son los síntomas, por qué le pasa, cuál ha sido la causa de que manifieste esos síntomas, etc. El especialista podrá ayudar a comprender cómo funcionan las emociones y cómo interpretarlas. No se trata tanto de cambiar lo que sentimos sino de aceptarlo para tratar de cambiar los pensamientos que nos llevan a sentir eso, a experimentar ansiedad. Por eso, la relación estrecha y directa que la terapia online favorece entre el profesional y la persona con ansiedad ayuda a superar el problema. Porque permite que el paciente contacte siempre que lo necesite con el psicólogo y comente aquellas situaciones que les resultas complejas.
Depresión
La depresión es un problema emocional algo más complejo, pero no por ello imposible de superar.
A menudo, a las personas con depresión les cuesta acudir a terapia para contarle al psicólogo sus problemas. Hay veces en las que su situación y la gravedad del estado en el que se encuentran hace imposible, o sumamente complejo, que esa persona se levante para ir a terapia. En otras, siente que sus problemas no revisten la importancia que debieran y les avergüenza sentir esas emociones negativas cuando en su vida no tienen ningún problema, cuando en su vida deberían ser felices. Por último, como con cualquier trastorno, hay quien sencillamente no quiere contarle sus emociones a nadie, porque les bloquea tener que hablar delante de alguien que le mira y presta atención a todo lo que hace y dice.
Para ellos, la terapia online es perfecta, porque, si así lo estiman conveniente, pueden conectar con el profesional en salud mental sin que él les vea la cara, pueden desahogarse a gusto y describirle cómo se sienten y qué les sucede sin que se sientan juzgados, analizados. Desde su casa, ya sea en el sofá, sentado en la mesa de la cocina o en la cama, porque la tristeza, la apatía, el cansancio, el sentimiento de culpa o el odio que se siente a sí mismo hacen mella en las personas con depresión e impiden que puedan levantarse o hacer vida normal.
La terapia online hace posible, por tanto, que, en esos momentos, y durante el tiempo en el que el paciente se siente así, este pueda seguir recibiendo atención profesional a pesar de que no quiera luchar por su vida. Y cuando vaya superando los límites que la enfermedad le había impuesto, cuando vaya encontrándose mejor, el entorno virtual hará posible seguir recibiendo atención para que, de manera paulatina, pueda aprender a cambiar los sentimientos que el paciente tiene de sí mismo y de todo lo que le rodea, a que sustituya esa visión negativa por otra positiva.
Baja autoestima
La baja autoestima es también un problema bastante frecuente en la sociedad en la que vivimos. Las redes sociales, la familia, los amigos, la prensa, los compañeros de clase, los profesores… todo puede influirnos en algún momento de nuestra vida y condicionar nuestra rutina, haciéndonos ser más inseguros. Puede ser que esa inseguridad sea consecuencia de nuestro aspecto físico, de nuestras notas, o de haber estado sometido a presión o a críticas por parte de la familia o la pareja. La baja consideración que tenemos de nosotros mismos y la emoción negativa que nos produce puede limitar otros aspectos de nuestra vida, como la relación con los demás (amigos, pareja), nuestro trabajo, la forma que tenemos de afrontar los problemas, etc. Si no se trata, la baja autoestima puede desembocar en otros problemas, como ansiedad o depresión, por ejemplo.
Como en los trastornos anteriormente comentados, en muchas ocasiones es la propia vergüenza que siente el paciente lo que le impide acudir a terapia. Por eso, los tratamientos online son la mejor forma de recibir atención especializada sin tener que ir a consulta, desde la intimidad de su hogar. Por medio de internet, el psicólogo ayudará al paciente a que busque el origen de su problema para poder comprenderlo. Pero también le proporcionará las herramientas necesarias para que pueda conocerse a sí mismo, aceptarse tal y como es, valorarse, respetarse y quererse.
Terapia de pareja
Las relaciones son muy complejas. La felicidad de una pareja puede verse condicionada por muchos factores que influyen en la estabilidad de esa unión sentimental: el trabajo, la incompatibilidad en materia de gustos o aficiones, la imposibilidad de compatibilizar horarios, los niños, la rutina, una infidelidad, la familia, los amigos, episodios de malos tratos, problemas sexuales… En toda pareja surgen problemas, pero hay problemas que alteran gravemente la relación hasta el punto de resquebrajarla y romperla. Muchas veces no es suficiente querer a una persona, sino que hace falta saber qué es lo que falla para tratar de recuperar la normalidad y disfrutar de una relación sincera, sana y completa.
Hay parejas que no tienen tiempo de acudir a terapia para solucionar el problema que tienen o creen que lo que les sucede no es importante; otros sienten vergüenza de algo que han hecho y no desean ser juzgados por otra persona, o les resulta embarazoso hablar con un profesional sobre el problema sexual que tienen o sus gustos especiales. Hay personas que tienen reticencia a poner en manos de otros sus peleas. Por si todo ello fuera poco, está el hecho de que la asistencia de los dos miembros que conforman la relación hace más complejo, si cabe, cuadrar horarios y ajustar agendas para encontrar un hueco para acudir a consulta.
La terapia online acaba con todo eso, ya que hace posible que tanto la pareja como el profesional conecten en el entorno virtual para recibir atención. Al no estar cara a cara con el psicólogo, muchas personas, sobre todo, hombres, se sienten más cómodos para tratar sus problemas, para hablar de aquello que ha sucedido en la pareja, de sus sentimientos. El diálogo es la base para solucionar la relación de pareja, y ese diálogo también puede llevarse a cabo a través de la terapia online, que facilita la interacción de las partes implicadas con el especialista. Por eso, este tipo de asistencia emocional puede ser efectiva en casos como este, donde se busca un espacio para hablar y debatir sobre aquello que queremos y que necesitamos. Todo ello en un ambiente cómodo, íntimo y personal, con independencia de que uno de ellos esté de viaje de negocios en otra ciudad o sea período de vacaciones.
Como vemos, la terapia online ha venido para quedarse, porque las ventajas que ofrece para el tratamiento de algunos problemas son muy destacadas. Habrá casos en los que tendrá que complementarse con terapia presencial, sobre todo si el paciente padece cuadros muy graves de ansiedad o depresión con episodios que limitan su rutina y reducen su calidad de vida. Pero también sirve de manera exclusiva para tratar otros problemas, como las crisis de pareja, casos de infidelidad o cuestiones que afecten a la sexualidad de la propia pareja o a la educación de los niños.
Eso sí, nunca perdamos de vista que para que dicha terapia sea eficaz es necesario ser constante y tomarse en serio las sesiones. De nada sirve contratar un servicio de terapia online si no se tiene ningún tipo de interés en seguirlo o en solucionar el problema, como tampoco sirve de nada ofrecer un tratamiento sin disponer de la formación y los medios adecuados para ello. Se trata de un servicio recíproco en el que tanto el psicólogo como el paciente tienen mucho que ganar con esta forma de terapia. Si se hace siguiendo las directrices en materia de seguridad y protección de datos que la normativa europea establece, tienen, además, poco que perder.